lunes, 21 de septiembre de 2015

Cuentos inventados: Caperucita Verde


Érase una vez, que se era, una niña a la que todo el mundo conocía como Caperucita verde, dado que siempre llevaba una capucha e iba a la clase verde, la más molona que pudiera haber.

A esta niña tan pizpireta le encantaba recoger flores, así que en cuanto salía del colegio, lo primero que hacía era irse a su jardín a recoger algunas de ellas.

Un día su mamá le dijo que sus abuelos estaban malitos y le llevarían un poco de sopa y un pastel de queso que tanto les gustaba, a lo que Caperucita respondió que ella le recogería algunas de las flores más bonitas del bosque para que le alegraran los días. Y se fue para allí.

Pero allí, entre la maleza, la estafa acechando el lobo feroz...

- ¿Qué haces aquí Caperucita? - dijo el lobo

- Voy a recoger flores para mi yaya, está malita y así se pondrá buena. - dijo la niña

- Pues me parece que no, porque tengo mucha hambre y te voy a comer...

- ¡Sí hombre! - respondió ella, dándole un toque con su dedo anular en la nariz del lobo - No puedes comerte a las niñas. La gente no se come.

- ¡Pero yo tengo hambre!

- Pues espera, que yo soluciono eso.

Y Caperucita Verde, que aunque era una pequeñaja, no tenía miedo al lobo y era más lista que el hambre, corrió hacia su casa e hizo dos bocadillos y volvió, cual rayo, al bosque en busca del lobo.

- ¡Sigo teniendo hambre y te voy a comer Caperucita!

- A ver, vamos a comernos estos bocadillos y ya verás que bien.

Y allí, en medio del bosque, la niña y el lobo compartieron unos bocadillos. Los bocadillos más ricos que nunca había comido el lobo, que de feroz tenía más bien poco, pero cuando el hambre aprieta...El lobo estaba que le salían chiribitas con aquel manjar y le preguntó a Caperucita qué era.

- Es un bocadillo de chorizo, mi mamá lo ha comprado en el supermercado. Allí deber ir a comprarlo y no comerte a la gente. Eso no está bien.

- ¡Pero yo no tengo dinero!

- Pues tendrás que trabajar.

- ¿Y eso cómo se hace?

- Pues yo tengo una idea, ¿y si vigilas que no haya ladrones en las casas? Así la gente te podría pagar con bocadillos de chorizo y así no pasarías hambre...

Y así fue, el lobo se ponía fiero y espantaba a los ladrones, así la gente del pueblo estaba segura en sus casas y como pago le daban bocadillos de chorizo y de jamón. Y el lobo fue amigo de todos y fue feliz para siempre.

Pero nuestra historia no acaba aquí, porque Caperucita recogió las flores más bonitas que encontró en el bosque y luego sus papás la llevaron junto a su hermano a ver a sus abuelitos que estaban malitos y les dieron sopita y pastel de queso, que estaba buenísimo. La niña le dió sus flores a su abuelita y un gran beso de esos que curan y así sus abuelos se encontraron mejor.

Y cuento contado, cuento acabado...

Fin

Y esto es lo que pasa cuando tienes en casa a una enana con muchas ganas de mimitos que quiere un cuento pero no quiere que te levantes de su lado...Espero que os guste nuestra versión.

Como anécdota, buscando una ilustración para el post, me he dado cuenta que hay muchas caperucitas verdes por internet, pero yo no lo sabía, espero que no se parezca a ningún cuento...El dibujo es mío, de ahí la cutrería, pero hacía ilusión hacerlo yo...


1 comentario:

  1. Más apañada que la historia original ^_^
    Nosotros en uno de esos días tuve que improvisar los 3 cerditos que no recordaba bien la historia, se partía de la risa con mi versión que se hizo fija de nuestras noches XD

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